domingo, 8 de octubre de 2017

CUANDO QUEREMOS PRESCINDIR DE DIOS


MATEO 21, 33-43
33 - Escuchad otra parábola:
Había una vez un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó la torre del guarda (Is 5,1-7), la arrendó a unos labradores y se marchó al extranjero.
34 Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus siervos para percibir de los labradores los frutos que le correspondían. 35 Los labradores agarraron a los siervos, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
36 Envió entonces otros siervos, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo.
37 Por último les envió á su hijo, diciéndose: "A mi hijo lo respetarán".
38 Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron:
- Éste es el heredero: venga, lo matamos y nos quedamos con su herencia.
39 Lo agarraron, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
40 - Vamos a ver, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?
41 Le contestaron:
- Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará su viña a otros que le entreguen los frutos a su tiempo.
42 Jesús les dijo:
- ¿Nunca habéis leído en la Escritura? La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho: ¡Qué maravilla para los que lo vemos! (Sal 118,22-23). 43 Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos.

No podemos caer en la tentación de sustituir a Dios. Nuestra condición de humanos nos hace partícipes de la misma naturaleza de Dios. Pero no podemos ser dioses. Dios es el creador de todo el orbe. Y dentro de él, ha creado también al hombre, como ese ser que participa de su misma naturaleza.

Cuando nos apartamos de la naturaleza humano y queremos ser dioses cometemos atropellos y caemos en guerras. Porque el hombre quiere convertirse en alguien absoluto.

Estamos viviendo en nuestro país unos acontecimientos lamentables, que muy poco tienen que ver con la naturaleza humana al pretender imponer una forma de ser, de pensar, de gobernarse. Frente a esos totalitarismos se nos presenta hoy este evangelio para decirnos que si no somos capaces de vivir en armonía nos estamos apartando del Reino de Dios, que es amor. No hay ninguna norma, ninguna organización que estén por encima del amor.


En el siguiente video se nos invita a tomar conciencia de que no podemos caer en la codicia. Compartir es amar, es crear el Reino de Dios. Codiciar y aprovecharse es ir contra Dios.  

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