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rectificar para amar es amanecer |
MATEO 21, 28-32
28 - A
ver, ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero
diciéndole: «Hijo, ve hoy a trabajar en la viña». 29 Le
contestó: «No quiero»; pero después sintió remordimiento y fue.
30 Se
acercó al segundo y le dijo lo mismo. Este contestó: «Por supuesto, señor»,
pero no fue.
31 ¿Cuál
de los dos cumplió la voluntad del padre?
Contestaron ellos:
- El primero.
Jesús les dijo:
- Os aseguro que los recaudadores
y las prostitutas os llevan la delantera para entrar en el reino de Dios. 32 Porque
Juan os enseñó el camino para ser justos y no le creísteis; en cambio, los
recaudadores y las prostitutas le creyeron. Pero vosotros, ni aun después de
ver aquello habéis sentido remordimiento ni le habéis creído.
Este evangelio nos invita a
vivir como pensamos, a actuar como creemos, a tomar conciencia que lo más
importante no es decirse creyentes sino ser consecuentes con lo que creemos, esto
es, vivir como creyentes.
Dios es tan inalcanzable, tan
bondadoso que nosotros no somos capaces de entenderlo. Pero nos ha dado la
capacidad de poner por encima de todo el amor. Cualquier norma, cualquier
religión o cualquier enseñanza ha de ceder ante el amor. Pretender reducir el
amor a un conjunto de normas o a una religión concreta es reducirlo y negarlo.
En la parábola de hoy Jesús
choca de frente contra quienes piensan que ya creen lo suficiente, que ya
cumplen suficientemente con las normas y que ya tienen ganado el cielo. ¡Que
error! El Reino de Dios se hace cada día desde la humildad de darnos cuenta que
nos equivocamos continuamente, pero, al mismo tiempo, tenemos la certeza que
nos podemos levantar y volver a amar. Solo desde la rectificación de lo que no
hacemos bien, que es mucho y continuo, podemos acercarnos a Dios. Quien ya se
cree perfecto está muy alejado de Dios.
Por eso en el siguiente video
se nos dice que la fe no se posee como algo que se tiene y ya está, la fe se
vive y vivir implica errar y saber rectificar para no permanecer en el error.
Amigos de los Equipos no
tengamos miedo a equivocarnos, Dios sabe vuestras debilidades y nos ha dado la capacidad
de rectificar.
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