domingo, 20 de agosto de 2017

PONERSE EN MANOS DE DIOS


Mateo 15, 21-28

Ten compasión de mi Señor, mi hija tiene un demonio muy malo…ella insistía y Jesús le respondió: Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.

La mujer cananea del evangelio confía en Jesús y le insiste hasta que consigue lo que pide. ¿Por qué esta insistencia? ¿Es que Jesús no sabe lo que necesitamos? Claro que sí. Pero no somos monigotes en sus manos, somos personas libres y Él quiere que estemos a su lado voluntariamente. Creer en Jesús es ponerse en sus manos, dejarse guiar por El. Esa guía de Jesús es la Palabra de Dios meditada, echa oración que nos ha de llevar a acercarnos a los demás y amarles.


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