lunes, 7 de agosto de 2017

BIENVENIDOS A HOLANDA



A menudo me piden que describa lo que es la experiencia de criar a un niño con una discapacidad, para ayudar a entender lo que esta experiencia única significa, lo que se siente a aquellas personas que catalogamos de “normales”, déjenme decirles que es algo parecido a lo siguiente...

Cuando vas a tener un hijo atraviesas un periodo de excitación como el que puedes sentir cuando estás preparando un viaje de vacaciones a Italia. Compras unos cuantos libros de viajes sobre Italia y empiezas a hacer planes maravillosos: el Coliseo, el David de Miguel Ángel, las Góndolas de Venecia. Incluso puedes decidirte a aprender alguna que otra frase en italiano.

Después de varios meses de preparación llega finalmente el día esperado. Coges el equipaje y sales por fin de casa. Después de algunas horas de vuelo el avión aterriza.
La azafata se acerca a ti y te dice amablemente: - Bienvenidos a Holanda
-     ¿A Holanda?- dices con una mueca de asombro. - ¿Qué quiere usted decir con eso de
“Bienvenidos a Holanda”?. Yo contrate un viaje a Italia. Es más, se supone que estoy en Italia.
Toda mi vida he soñado con ir algún día a Italia.

Pero ha habido un cambio en el plan de vuelo. El avión ha aterrizado en Holanda y ahí es donde tienes que quedarte. Lo importante es que no te han llevado a un sitio horrible, desagradable o lleno de suciedad. Se trata únicamente de un sitio diferente.

Te das cuenta de que tienes que salir del avión y comprar unos libros-guía nuevos. Te das cuenta de que tienes que aprender el lenguaje completamente distinto. Además, encontrarás muchísima gente a la que no hubieras conocido de haber ido a Italia.

Se trata solo de un lugar diferente. No es como Italia, quizás tiene un ritmo un poco menos ajetreado, es menos bullicioso que Italia..Pero después de llevar un tiempo en Holanda miras alrededor, y comienzas a darte cuenta de que Holanda tiene molinos de viento..y tulipanes. Holanda tiene incluso Rembrandts!

Pero todo el mundo que conoces está muy ocupado yendo y viniendo de Italia…y no hacen otra cosa que hablar y hablar de lo fabuloso que es ir a Italia. Y durante el resto de tu vida tú siempre dirás: “Sí, ahí es donde se suponía que iba a ir. Es lo que había planeado”.
Y el dolor nunca, nunca se irá.., porque la pérdida de un sueño es una pérdida terriblemente significativa.

Sin embargo, si gastas toda tu vida dando vueltas al hecho de que no pudiste ir a Italia, tal vez no puedas ser lo suficientemente libre como para disfrutar las cosas tan especiales y llenas de cariño que hay en Holanda.


(Casi casi podemos aplicarlo a todo en esta vida..)

Emily Perl Kingsley

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