sábado, 30 de agosto de 2014

DIME, SIN TI, CÓMO VIVIR PUDIERA




Bendito seas, Señor, que te viniste,
  
dejando el resplandor azul del cielo,
  
al oscuro tormento de mi anhelo
  
donde tanto he llorado solo y triste.


No sufras, sé paciente, me dijiste,

porque te vengo a dar paz y consuelo

 y atendiendo el sentir de mi desvelo

Palabra, Cuerpo y Sangre tú me diste.

  
Oigo tu Voz que vibra en lo profundo

 de un alma antes desolada y fría.
  
Tu Cuerpo me acompaña por un mundo
  

donde en dudas, sin ti, me debatía.

 Siento en mis venas, como don fecundo,
  
cómo corre tu Sangre con la mía.



Joaquín Fernández González.

No hay comentarios:

Publicar un comentario