La Virgen, ejemplo de humildad. Imagen Corea del Sur |
El evangelio de este domingo
nos invita a la humildad porque todo el
que se enaltece será humillado y todo el que se humilla será enaltecido.
Hoy queremos compartir unas
palabras del papa Francisco incluidas en el prólogo de un libro sobre la Madre
Teresa del Calcuta, una persona santa ejemplo de humildad. Estas palabras las
tomamos de Religiondigital y dicen así:
Madre Teresa había hecho de las páginas del
Evangelio la guía de su vida, el camino hacia la santidad, y también podría
serlo para nosotros.
«La enfermedad más grave no es
la lepra o la tuberculosis, sino la soledad... Esta es la causa de tantos
desordenes, divisiones y guerras que hoy nos afligen», lo dice el Papa
Francisco en el prefacio al libro "Amamos a quien no es amado"
("Amiamo chi non è amato"), publicado en el diario italiano el
Corriere della Sera. El texto recoge dos intervenciones inéditas pronunciadas
por Madre Teresa de Calcuta en 1973, en Milán, donde encontró a un grupo de
jóvenes y religiosas.
En el prefacio, el Santo Padre
se dirige a los jóvenes: "Sean constructores de puentes para romper la
lógica de la división, del rechazo, del miedo de unos contra otros, pónganse al
servicio de los pobres...". El Papa ha resumido su reflexión sobre el
texto en cinco palabras: oración, caridad, misericordia operosa, familia y
jóvenes.
Hablando de la oración, el
Pontífice recuerda que "la Madre Teresa nos invita incansablemente a
recurrir a la fuente del Amor, Jesús crucificado y resucitado, presente en el
sacramento de la Eucaristía, para luego tener la fuerza de socorrerlo en los
más pobres entre los pobres, con el corazón lleno de alegría". La Madre
Teresa, señala el Papa, iniciaba su jornada participando en la Santa Misa y la
terminaba con la adoración a Jesús Sacramentado, sólo así, podía transformar su
trabajo en oración.
"La caridad, la segunda
palabra que indica el Papa, significa hacerse próximos a las periferias de los
hombres y de las mujeres que encontramos cada día, sentir compasión por los
hombres en el cuerpo y en el espíritu - sólo es posible cuando la necesidad y
las heridas de los demás son acogidos en el corazón - es hacerse testigos de la
caricia de Dios para cada herida humana". De este modo seremos capaces,
agrega el Pontífice, de ofrecer lo que las personas necesitan, es decir, la
presencia y cercanía de Dios misericordioso.
Efectivamente, la tercera
palabra es misericordia operosa. También se podría decir obras de misericordia
corporales y espirituales señala el Obispo de Roma, es decir, hacerse cargo de
cada hombre y de todos los hombres, especialmente en este Año Santo de la
Misericordia. En este sentido, la Madre Teresa había hecho de las páginas del
Evangelio la guía de su vida, el camino hacia la santidad, y también podría
serlo para nosotros".
Familia es la cuarta palabra
con la cual el Papa resume el texto. En ella sobre sale la figura y la
presencia de la madre, como nos lo recuerda la Madre Teresa: "Las madres
son el corazón de la casa y son ellas las que forman la familia, aceptando,
amando y cuidando amorosamente a sus hijos... De hecho, muchos sufrimientos de
los jóvenes son causados en la vida familiar. Es la madre quien hace de la casa
un nido de amor. A veces ser madre puede ser una experiencia verdaderamente
ardua, puede ser una cruz; pero está con nosotros la Virgen, la mejor de las
madres que siempre nos enseña a tener ternura con nuestros hijos".
Finalmente, juventud, la
quinta palabra. Y es precisamente a ellos, a los jóvenes a quienes se dirige el
Papa Francisco, a ellos les pide no perder la esperanza, no dejarse robar el
futuro, que está en sus manos. A los jóvenes los invita a permanecer en el
Señor y amarlo con todas sus fuerzas, para así ser constructores de puentes
para romper la lógica de la división, del rechazo, del miedo de unos contra
otros, de ponerse al servicio de los pobres, de afrontar con valentía la vida,
que es un don de Dios.
Qué bien entendió la humildad la Madre Teresa |
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