Jesús nos recuerda antes de morir algo que es
fundamental para todos nosotros: “Permaneced
en mi. El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante, porque sin mí
no podéis hacer nada".
Deberíamos tener más presente esta frase para no
desanimarnos. Salimos tantas veces de pesca sin decirle que se monte en nuestra
barca…
Su Espíritu permanece hoy vivo en su Iglesia y se
le ve de múltiples formas. En los evangelios tenemos su mensaje. Y a él tenemos
que acudir cada vez que queramos renovar la Iglesia. Leamos el Evangelio
directamente, no dejemos que lo tamicen otros para nosotros. Porque Dios nos
habla a cada uno de manera distinta según nuestras necesidades y no nos vale lo que les dice a otros.
Por eso uno de los puntos de esfuerzo de nuestra
Movimiento, la lectura de la Palabra, es tan importante, porque es la mejor
manera de tener un contacto directo con Dios que nos habla de forma distinta a
cada uno.
Un abrazo
Huellas
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