Te propongo algunas
técnicas para que puedas acallar tu mente y vivir espacios de tranquilidad, serenidad
y calma, para que puedas alcanzar tu conexión interna a través de la quietud y
el silencio interior.
CREA TU ESPACIO
Es importante que te
proporciones un espacio “tu espacio, ese lugar en el que sientas confortable,
yo llamo al mío “mi sitio de poder” porque es dónde conecto con mi respiración,
con la calma y fortaleza que necesito cada día. Convierte ese espacio en tu
remanso de paz, allí solo estás tú contigo, en ese íntimo encuentro que es
reparador en sí mismo.
MEDITACIÓN-ATENCIÓN- CONSCIENCIA
Yo no sé meditar ¿cómo se
hace?, es una pregunta que me hacen muchas personas. La meditación no se hace,
es un estado que no busca nada, no pretende nada. Para meditar solo has de
mantener la consciencia enfocada en lo que está ocurriendo en el momento
presente, retirar tu actividad metal y estar alerta y consciente. Si has
decidido dedicar unos minutos al día a meditar en tu sitio de poder, puedes
comenzar por enfocar tu respiración, respirar solo respirar, con la atención
puesta en como entra y sale el aire de tus pulmones. Notarás que te vienen
pensamientos, no te aferres a ellos, dejaros pasar sin detenerte en ninguno y
solo respira. Enfocar solo una cosa requiere perseverancia, así que no
pretendas “lograr” nada, el único objetivo es ser consciente de tu respiración.
¡No tengo tiempo
para pararme a meditar!.
Esta es también una
afirmación muy común, a menudo tenemos tiempo para muchas cosas y cuando no nos
incluimos en nuestra lista de prioridades, nos falta para nosotros. Te propongo
en este caso que enfoques cada cosa que hagas en tu día a día, por ejemplo, si
estás caminando, pon atención a cada paso, a cada movimiento de tu cuerpo al
caminar, incluso al ritmo de tu respiración, mantente presente. Cuando te lavas
las manos o te duchas pon atención a todas las percepciones sensoriales que
tienes en ese momento, la sensación del agua, su temperatura, el movimiento de
tus manos cuando te frotas el jabón, el aroma que desprende, la sensación del
agua recorriendo tu espalda, tu cuerpo, etc. Y así con cada cosa que hagas, te
aseguro que descubrirás sensaciones maravillosas y con la práctica del estar
alerta y consciente, sentirás cada vez más paz en tu interior.
ESCUCHA INTERIOR
Cuando estás
respirando, escuchando lo que emana de tu interior, pueden venirte e
mociones, a veces
dolorosas al rememorar experiencias, es importante que te las permitas, las
emociones no vienen de fuera ni son tus enemigas, te pertenecen y emanan de ti
porque eres tú quien las genera, así que no luches, permíteles su espacio y
como emociones que son pasan si no luchas con ellas, al contrario, cuando
entras en lucha con tus propios sentimientos, te pierdes de ti y les das poder,
así que respira, no temas, limítate a ser el espectador que puede verlas sin
identificarte con ellas y dejarás de estar a su merced.
PRESENCIA
Estar presente significa
estar consciente en el aquí y el ahora de tu momento, sin intentar analizar ni
tus pensamientos ni las emociones que surgen de ellos, solo observa enfocando
tu atención hacia dentro y preguntarte ¿Qué está pasando dentro de mí en este
momento?. Aparecen pensamientos, déjalos pasar, emociones, déjalas pasar,
permíteles su espacio sin olvidar que tú no eres ni tus pensamientos ni tus
emociones, solo eres el que las observa y no les concedes poder para que te
controlen. Cuando te instalas en el presente, el sufrimiento gratis que te
infringes desaparece y la calma impregna todo tu ser.
ACEPTACIÓN
Cada día
vivimos situaciones de distinta índole que aportan riqueza a nuestra vida, una
veces nos encontramos con vivencias agradables, noticias alentadoras y
gratificantes, mientras que otras veces se presentan situaciones complicadas y
dolorosas que hemos de enfrentar para poder continuar caminando. La vida nos
pone retos, recientemente he tenido una de estas noticias que ha cambiado la
trayectoria de mi vida, de pronto las planificaciones que había hecho para los
próximos meses y que llenan las hojas de mi agenda, he tenido que anularlas por
la imposibilidad física de llevarlas a cabo. En un primer momento sentí
desconcierto ¡ahora que voy a hacer! y conforme me escuchaba esa exclamación
brotó la respuesta, ahora me toca parar, me toca acoger esta nueva situación en
mi vida, aceptar que aunque no lo he elegido, ha ocurrido y esta es la realidad
que se impone. ¿Cómo acallar la mente ante emociones tan intensas?, he decidido
no anticipar nada, ni bueno ni malo, lo que tenga que venir vendrá, no quiero
gastar mis energías en lo que no sé porque todavía no ha ocurrido, las necesito
intactas para enfrentar esta situación difícil, quiero abrazar cada
momento con lo que sea que me traiga y sé que saldré fortalecida acogiendo por
entero esta oportunidad para aprender y crecer, así que acepto y agradezco lo
que la vida me regala.
María
Guerrero Escusa, psicoterapeuta
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