¿Qué diagnóstico puedes hacer de la crisis a estas alturas?
En primer lugar, hay que recordar que tenemos el poder de ejercer esa
decisión de ir más allá de nuestra personalidad para residir en el Ser. Desde
ese espacio, te das cuenta de que no somos seres sociales, ni culturales, ni
económicos… Ver esto, te hace ver también que no estás en crisis ni has entrado
nunca en ninguna crisis. Simplemente, estás viviendo experiencias. Usar nuestro
poder para intentar salir de la crisis o cambiarla, implica que tengo que sacar
mi poder de esa decisión de estar en la esencia para caer igualmente en las
redes de ese conglomerado de creencias, moral, etc…
¿Se podría decir que toda lucha es una huida hacia delante?
Cuando llegue el día en que un gran número de seres humanos logre dar ese paso
adelante para no identificarse con ninguna estructura externa, la sociedad, la
economía, la cultura, la economía, el arte… adquirirán su máximo exponente
porqué será lo más esencial lo que se expresará a través de estos canales sin
interferencias.
¿Por qué tenemos tanto miedo y cuesta tanto reconocerlo?
Tenemos miedo del miedo porque es la puerta a la paz o a lo esencial. En el
momento en que una conciencia deja de ser consciente de su felicidad o de su
presencia, la primera sensación que surge es el miedo, y es embarcándose en ese
miedo que uno empieza luego a tener miedo del miedo. La manera de que esto
empiece a disolverse es dando espacio a las emociones, ya que detrás de toda
emoción podemos encontrar siempre trazas de miedo. Si en lugar de huir de lo
que siento me dirijo hacia ello encontraré el gran pánico de la conciencia
humana; no saber quién soy y por qué estoy viviendo la vida que vivo. Si a
partir de ahí, consigo dar un paso más, el gran paso, alcanzaré la ausencia de
miedo; la paz perfecta.
Es un proceso en el que tenemos que afrontar un cierto tipo de muerte…
Así es. Se trata de desprenderte de algo que crees que eres tú y que
además, a menudo, se suele creer que sólo eres eso… Para el inconsciente, pasar
a ser consciente es como un suicidio.
¿Hay algún método para lograrlo?
Hay un método universal, que además es excepcional y bajo mi punto de vista
es el único: la vida de cada uno. La vida particular, vivida realmente,
plenamente, te lleva a la salida del sufrimiento. Así pues, en el fondo se
trata de algo lógico y simple, nada difícil. No es algo que yo tenga que hacer
porque la vida ya tiene lugar, sino simplemente, tengo que dedicarme a vivirme.
¿Viviendo de esta manera se sana el inconsciente? ¿Deja de ser necesario,
por ejemplo, el psicoanálisis?
Cualquier situación particular, sea la que sea, vivida con plenitud, puede
llevar a la liberación. De esta manera, una persona que lleva varios años
realizando una terapia psicológica, si pasa a vivir esta circunstancia de
manera plena, implicándose realmente al cien por cien, seguramente conseguirá
dejar de necesitarla. Parece ser que el método de aprendizaje que más elegimos
es el sufrimiento, así que mejor aprender de él cuanto antes para poderlo
abandonar. Cuando consigo vivir plenamente mi sufrimiento, éste empieza a
desaparecer…
Se suele decir que el amor es el mejor antídoto para el miedo, pero ¿qué
hacer cuando amar también da miedo? ¿Cómo amar de verdad?
A menudo se tiene la sensación de que cuando consigamos alcanzar el amor,
visto como algo externo, entonces mi miedo desaparecerá. Pero no es así. Mi
miedo ya es una forma de amor, muy desenfocada quizás, pero si yo me abro a
sentir mi miedo, lo estaré aceptando y podré amarlo; por tanto, ese gesto es lo
que me lleva a sentir que mi miedo en el fondo es amor. Una vez más, no hay
nada alcanzable porque ya somos todo. Cuando te das cuenta de que dentro del
mismo miedo está el amor surge una carcajada, pues te das cuenta de que los
motivos por los cuales has estado buscando toda la vida, ya eran en sí mismo
los resultados de eso que tanto buscabas.
¿Nuestra interpretación de la realidad es muy limitada?
Sólo con que sea un poco sesgada, a lo que miramos ya no le podemos llamar
realidad. Por tanto, no se trata de que la malinterpretemos, sino que
directamente no la vemos. En el momento en el que no vemos completamente la
realidad, estamos completamente ciegos, aunque puedas pensar que estás sólo un
poco ciego. La Conciencia Absoluta es absolutamente radical; o ves o no ves, o
es real o no es real. No hay las medias tintas que tanto nos gustan a los seres
humanos…
¿Cómo podemos aprender de los conflictos?
El punto clave es tomar la decisión de dar la bienvenida a todo lo que
llegue, sea lo que sea. Eso no quiere decir que tenga que estar contento o
agradecido de un conflicto, pues puedo estar muy asustado o muy rabioso, pero
al darle la bienvenida puedo ver desde dónde se origina mi rabia o mi miedo.
Entonces puedo utilizar el conflicto como método para descubrir la esencia de
mis emociones. Al final, lo que nos ocurre, suele ser aquello que nosotros
mismos decidimos experimentar.
¿Cómo aprender a vivir la vida plenamente?
Hay que volver a lo esencial. Todo lo que yo digo no tiene la intención de
que sea comprendido. No hay varias formas de abordar esto. Si estás realmente
dispuesto a comprender tu vida, todo lo que ocurra en ella puede ser fantástico
para alcanzar ese propósito. Si no estás dispuesto, no hay nada que se te pueda
dar que puedas usar para ello. Más allá de si una persona tiene o no recursos
suficientes para comprender su vida, para mí, lo realmente importante, es si
quiere o no.
¿Qué pasa cuando creemos que queremos pero acabamos tropezando siempre con la
misma piedra en forma de dificultades?
Eso es un claro indicativo de que en realidad no se quiere. A menudo, una
de mis tareas más arduas es mostrar a las personas que piensan que quieren
vivir plenamente, que en realidad no quieren. Al final, el truco para saber
dónde estamos posicionados es muy simple… Sólo tenemos que preguntarnos
honestamente: ¿Soy plenamente feliz? Si ves con honestidad que no eres feliz,
automáticamente ya sabes que realmente no estás queriéndolo ser, pienses lo que
pienses al respecto. Cuando le pedimos al Ser que mire directamente a la
personalidad, la respuesta es demoledora porque el Ser no ve personalidad…
¿Sin aceptación no se puede seguir adelante?
Es un requisito básico. Si mi vida es el lugar en el que aprendo, ¿qué
sentido tiene rechazarlo?
¿Qué otros requisitos de los que han ido saliendo son pues imprescindibles
en el método hacia una vida plena?
Para mí, es básico partir de la aceptación, la honestidad y la
responsabilidad. De ahí, surge la voluntad. Mi voluntad no puede ser verdadera
ni poderosa si no tengo esa base estable como punto de partida.
¿Cuáles han sido tus principales fuentes de inspiración?
En mi vida ha habido maestros, enseñanzas, libros… que mientras los iba
siguiendo yo creía que eran “la vía”. Pero cuando descubrí lo que hay detrás
del velo perceptual, me di cuenta de que todo esto no tenía ningún significado
especial; no era nada distinto a cualquier situación corriente en la que mi
método o maestro real sigue siendo la vida y lo que ocurre en el presente.
Podríamos decir que tengo mi propio currículum espiritual pero al final me he
dado cuenta de que no sirve de nada. Ahora bien, fue necesario pasar por ahí
para darme cuenta de que en el fondo no servía de nada. No se trata de rechazar
nada, sino de ponerlo todo en el mismo lugar. Mientras busques, encontrarás
guías… Así que la pregunta es: ¿Qué hago yo con esos guías? Si no estoy muy
atento a esto, me puedo acabar montando toda una película espiritual con el
mismo final de siempre.
Háblanos de la influencia del libro Un Curso de Milagros…
No suelo mencionarlo porque en el fondo creo que es algo muy individual.
Llegó un día en el que descubrí que Un Curso de Milagros no
era un simple libro de tapas azules, páginas finas y mucha letra, sino que era
una puerta que si la cruzaba podía convertir el libro en cualquier persona,
cosa o situación. En realidad, cualquier cosa puede enseñarte lo que este libro
muestra; que estamos ciegos perceptualmente, que el mundo no existe tal y como
lo vemos y que la herramienta clave para conseguir salir de todo esto es
perdonar, que en última instancia, se trata de ejercer la voluntad de soltar.
¿Qué podemos esperar de esta nueva era en la que hace poco se supone que
hemos entrado?
Si uno quiere aprender a conducir, le da igual si hace sol, frío, llueve o
está nublado. Simplemente se monta en el coche y ya está. El encuentro con el
Ser es algo tan genuinamente personal e individual que, finalmente, no hay
contexto que influya en ello. El contexto sí que te puede ayudar a tomar el
poder de decisión para alcanzarlo, pero en realidad es la voluntad y no el
contexto lo que de verdad nos hace libres. El contexto, por sí solo, nunca nos
va a liberar.
¿Qué valoración puedes hacer del proyecto Yo, libre?
Para mí es una muestra más de que cuando no interfieres, las cosas ocurren.
Desde el primer día de este proyecto, pude comprobar cómo su proceso, hasta
hoy, responde a una serie de mecanismos que uno desconoce… Yo, lo único que he
hecho al respecto, es ofrecerme, ponerme en juego sin interferir. Eso es lo que
hemos hecho desinteresadamente cada uno de sus miembros. Disfrutándolo a cada
instante y sin expectativas, ha ido siguiendo su curso. Sinceramente, las
críticas, ya sean positivas o negativas, no nos interesan demasiado… Las
agrademos todas, pero lo que de verdad nos llega al corazón es que una persona
nos escriba diciéndonos que le ha cambiado la vida. Al ver la película, ciertas
personas se han podido dar cuenta de que ellas tienen el poder de tomar la
decisión para vivir una vida plena.
¿Algún mensaje de esperanza más para terminar?
Lo único que puedo añadir es algo que me digo a mí mismo; se terminó el
tiempo para la esperanza porqué ha llegado el tiempo de la verdad. El tiempo
para despojarnos de máscaras, disfraces… y dedicar nuestra vida a estar en ese
Ser, ya sea en forma de ira, agradecimiento o paz inconmensurable, no importa.
No hay diferencias al final.
…
Una
entrevista de Daniel Gomis Periodista
y profesor de Yoga https://altermon.wordpress.com www.yogaycreatividad.com
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