En muchas ocasiones nos
sentimos “apedreados” de alguna manera
por las críticas de los demás, o, al revés, somos nosotros los que criticamos
duramente a los que trabajan duro por conseguir un mundo mejor.
Y esta frase nos ha hecho
recapacitar en los dos sentidos.
Si somos nosotros los que nos
sentimos criticados tenemos que hacer dos cosas. Primero recapacitar sobre la
verdad que pueda haber en esa crítica y si la encontramos, asumir con humildad
que no somos perfectos y que debemos cambiar nuestra actitud. En segundo
lugar si creemos que no es justa la
crítica entonces pensemos que quizá estemos dando mucho fruto y por eso se nos
critica en ocasiones.
Si por el contrario somos
nosotros los que criticamos deberíamos ver qué hace la otra persona para que la
envidia nos lleve a esa crítica. Porque si el otro actúa mal no debemos
criticar, sino acercarnos a esa persona y con todo el cariño y humildad del
mundo decirle lo que pensamos, pero de forma constructiva.
La crítica no construye nada,
por eso evitémosla.
Un abrazo
Huellas
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