LUCAS 24, 46-53
- Así estaba escrito: El Mesías padecerá, pero al tercer día
resucitará de la muerte; 47 y en su nombre se predicará la enmienda y el perdón
de los pecados a todas las naciones. Empezando por Jerusalén, 48 vosotros
seréis testigos de todo esto. 49 Yo voy a enviar sobre vosotros la Promesa de
mi Padre; por vuestra parte, quedaos en la ciudad hasta que de lo alto os
revistan de fuerza.
50 Después los condujo fuera hasta las inmediaciones de
Betania y, levantando las manos, los bendijo. 51 Mientras los bendecía, se
separó de ellos y se lo llevaron al cielo.
52 Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén
llenos de alegría.
53 Y estaban continuamente en el templo bendiciendo a Dios.
La ascensión del Señor es una
realidad feliz y esperanzadora. Los discípulos no están tristes porque se vaya,
están alegres porque saben que Dios queda con ellos y por eso le bendicen.
¿Y esto en nuestra vida qué
significa?
Que somos personas alegres
porque creemos en Jesús.
Que estamos llenos de luz,
porque Dios está en nosotros.
Que esa luz que portamos es
para ponerla en los demás.
Que somos testigos que anunciamos
a Jesús.
Que como equipistas somos
ejemplo de matrimonios cristianos.
¿Es así nuestra vida?
Cuando hoy hagas la oración,
pregúntate, ¿anuncio con mi vida de matrimonio la alegría del evangelio?
El siguiente video nos invita
a echarnos al ruedo y vencer miedos y prejuicios.
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