Decía
Martin Luther King que lo que más le dolía era la indiferencia de la gente
“buena” ante las injusticias del mundo.
Esta frase
es para todos nosotros un toque de atención. Cuando vemos tanta injusticia,
pobreza… muchas veces no somos capaces de digerirlo y nos hacemos indiferentes.
Buscamos
excusas para no pensar en ello: Que ha pasado muy lejos de nosotros, que siempre
habrá pobres y no podemos alimentarlos a todos, que a la gente que se margina
no le duele porque siempre ha sido así y están acostumbrados. Y en muchos casos
ni nos hacemos preguntas sobre ello.
Pero lo
cierto es que todo está pasando en nuestro mundo y de verdad que es cada vez
más pequeño. Cada vez se llega antes a los lugares más lejanos.
El hecho
de que siempre haya pobres no ayuda a que los de ahora vivan mejor y pobres
tenemos alrededor nuestro. Y qué decir de la marginación a la que los “buenos”
hemos sometido a tantos hermanos nuestros: negros, inmigrantes, madres
solteras, gays, divorciados, gentes de otras religiones…
Es cierto
que se van dando pasos, pero tan lentamente…
Que Jesús
no nos pueda decir al final de nuestra vida: “!...porque tuve hambre y no me
diste de comer, o me vi sólo y no me acompañaste!”
Que María
nos abra los ojos ante las injusticias y que nada nos sea indiferente.
Un abrazo
Huellas
¡Qué bien nos bien este toque de atención! Para no caer en la diferente. Todos somos unidad. Setarcos
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