El sábado y el domingo estuvimos
los equipistas del sector León de retiro en La Virgen del Camino, esa casa que
ya es como una extensión de la nuestra, porque la mayoría de los encuentros los
celebramos allí.
El Director del retiro fue el
Padre Miguel de la Mata Merayo, el de la triple M, franciscano, del Bierzo, que
vive en Santiago. Consiliario de equipo, Consiliario nacional de EDIP en el anterior
equipo súper regional de España y un gran conocedor y enamorado del Movimiento.
Si tuviésemos que destacar una característica que defina sus intervenciones es
que “les da marcha”, y utiliza los medios para que el mensaje entre suavemente
en los corazones de quienes escuchan. Una canción, un video, una imagen, una nube
o cualquier otro símbolo se convierten en la excusa perfecta para sus
disertaciones.
Vivir el retiro solo es
posible acudiendo a él. Lo que aquí podemos hacer es contar algo de lo que hubo
allí. Porque apartarse del trajín de
cada día y dedicar día y medio a estar con uno mismo, los demás equipistas y en
presencia del Señor, es un lujo al alcance de nosotros y que quizás no se
valora suficientemente. En esta sociedad del ruido y de las imágenes bombardeándonos
por todas partes es necesario dedicar algún tiempo a estar en presencia de Dios
de una manera consciente. No olvidemos que uno de los puntos de esfuerzo que nos
propone el Movimiento es un retiro al año.
El encuentro estuvo llego de
gestos, de imágenes, de comunicaciones abiertas al corazón para que deje de ser
de piedra y se convierta en un corazón de carne. Abrir el horizonte, poner en
duda algunas concepciones que aparentemente están cercanas a la norma pero que
dejan poco espacio para la misericordia, y presentar un matrimonio abierto y
una familia basada en el amor. Por ahí fueron transcurriendo las ponencias del
Padre de la Mata, bajo el título LOQUE DIOS HA UNIDO. Nos quedamos con la
última ponencia y su conclusión: somos de lluvia y somos de sol, bailar el
ritmo de Dios es celebrar la realidad, es celebrar la vida. Lo decimos con la
misma canción de Alvaro Fraile que el
Padre de la Mata utilizó:
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