Las perlas de un buen libro lleno de detalles, para leer en
cualquier momento, “Los recuerdos” del escritor francés Foenkinos.
1. La muerte es
eso, una mosca que se te posa y no la puedes ahuyentar. Esa visión fue lo más duro para mí.
2. Al morir el
abuelo vi llorar a mi padre por primera vez. Yo siempre había pensado que los
padres no podían llorar, que al darnos la vida se le secaban las lágrimas.
3. Llegué a la
siguiente determinación: ya no emitiría la más mínima opinión sobre la gente
antes de haberla tratado al menos 6 meses.
4. A los niños
se les cuentan cuentos. Yo los cuentos se los contaba a mi abuela.
5. Hay una edad
en la que la única salida que uno no acepta son los entierros.
6. Cuanto más
tarde mueres, más solo estás el día de tu entierro.
7. Mi corazón
era como una cadena que se ha salido de la bicicleta… Lo esperaba todo de la
ternura.
8. Las buenas
ideas surgen en la noche, mientras duermen las malas.
9. Yo y solo yo soy el responsable de mi
soledad.
10. Somos ricos
pero lo que poseemos en abundancia no es sino un gran vacío.
11. Su abuelo le
había inculcado esta máxima: un hombre solo puede llorar una vez cada 10 años.
12. Es curioso como
las tragedias unen a las familias.
13. Todos llevamos
dentro la esperanza de ser amados locamente.
14. Nadie sabe
verdaderamente en qué consiste la depresión ni en cómo combatirla.
15. Me encanta la
capacidad que tienen los niños de protegerse de la desgracia a través de la
fantasía. Cuando te haces mayor, ya no sabes cómo protegerte.
16. El alba siempre
llega, pase lo que pase.
17. Hay que
transitar despacio por el camino que llega a algunos recuerdos.
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