En la Bula Misericordiae Vultus, n.15 el papa Francisco nos dice: “Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento,
dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los
enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos.
Y no
olvidemos las obras de misericordia espirituales:
dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra,
consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas
molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos”.
De todas
ellas hoy vamos a pensar en perdonar las ofensas. Nos dice el papa que el
perdón es una fuerza. Nosotros a veces pensamos que el perdón es una
humillación, pero no es así. Perdonar nos da vida, una vida nueva mejor a la
anterior y además esa fuerza es la que nos da valor para seguir viviendo y
perdonando y nos enseña a ser humildes para saber pedir perdón.
A todos
los que nos leéis os pedimos perdón si en algún momento os hemos hecho algún
daño. Os queremos amigos
Un abrazo
Huellas
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