jueves, 7 de abril de 2016

BENEDICTO XVI






A veces recordamos a Benedicto XVI y pensamos qué será de su vida, como estará viviendo estos últimos años sin la responsabilidad anterior, pero sabiendo lo que le dejó a su sucesor.

Nos parecía una persona de gran calidad humana. Inteligente, discreto, de trato bondadoso y afable. Pero tenemos la sensación de que la responsabilidad le aplastó y no pudo más.

Admiramos su valentía de saber marcharse cuando le pareció que no podía con esa responsabilidad. Ojala aprendiéramos todos a saber irnos como él hace, sin inmiscuirse en las decisiones de su sucesor.

Lo único que nos hubiera gustado es que antes de irse hubiera acabado con el sistema medieval que sigue habiendo en Roma y que tanto le está costando desmontar a su sucesor el papa Francisco.

Es hora de recordar las palabras de Jesús:  “A nadie llaméis santo, a nadie llaméis padre, a nadie llaméis señor. Todos vosotros sois hermanos. Buscad cada uno el último puesto”.

Así sea. Un abrazo

Huellas

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