Es como si todo hubiera acabado.
Jesús murió, le mataron, y
todo se acabó.
Hoy, sábado santo, es como si no hubiera nada.
Pero sabemos que no es así.
Cuando no sepas qué hacer, reza.
Cuando el desaliento te venza, reza.
Cuando no entiendas las cosas ni las situaciones ni a las
personas, reza.
Reza siempre.
Porque Jesús hoy también nos escucha.
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