El fin de semana pasado los
equispistas hemos tenido la suerte de estar “retirados” del trajín de cada día
y disfrutar de un encuentro más prolongado, más profundo y más intenso con el
Dios de la misericordia. Porque a lo largo de este retiro y desde distintas maneras
se nos ha hablado de la misericordia. Si hay un calificativo que puede
aproximarnos más a quien es Dios ese puede ser el de “Padre misericordioso” o “padre
bueno”.
Francisco, consiliario del
Equipo 7 y arropado por el propio Equipo, puso el pulso a este día y medio de
retiro. Es maravilloso comprobar y darse cuenta de que cuando un sacerdote vive
intensamente la fe, la trasmite con normalidad. Francisco nos acercó al Señor,
desde sus reflexiones, desde su recogimiento, desde las propias entrañas de la
Palabra de Dios, desde las explicaciones de la liturgia, desde el pisar pie de
la vida ordinaria. Distintos puntos de vista que confluyen en una misma idea:
el Señor está ahí para acogernos, pongamos la confianza en Él.
Hemos estado muy a gusto. Todo
estaba dispuesto. Hemos ido a recibir. El Equipo Sector, el Equipo 12 y todos
los que han puesto su presencia y sus aportaciones nos han ayudado a ser
conscientes de que ser cristianos es una maravilla al alcance de todos. Dios se
ha revelado a todos los que quieran abrir los ojos para verle. Quienes se empeñan
en llevar las gafas oscuras o mirar para otro lado, ya les llegará el momento
del encuentro. Porque si algo hay grande en el ser humano es el encuentro con
Dios.
Y este retiro hubo muchos
encuentros con Dios. Es verdad que se le siente más cerca en la capilla, en el
recogimiento, en la eucaristía, en la penitencia. Ahí, Dios se siente en
nuestro interior. Pero también se le siente en cada persona. Allí estuvimos 46
personas que fuimos a lo mismo: a sentir la presencia de Dios.
Para eso son los ejercicios,
para darnos cuentas que tenemos la enorme fortuna de ser amados por Dios. Así
nos lo repitió, a su estilo, en su profundidad, Francisco, un enamorado de
Jesús y de María. La Virgen del camino oyó nuestros cantos, sintió nuestra
presencia y sonrió. Sí La Virgen del Camino sonría cuando le decíamos “hemos
venido a aprender de Ti” y ella nos decía “Fijaros en Jesús y haced lo que Él
os diga”.
Somos personas que estamos en
el mundo, que queremos vivir como vivió Jesús, que queremos poner en práctica
las obras de misericordia, que sabemos que la familia cristiana tiene hoy unos
retos concretos de este momento, pero que Dios se hace nuevo en nosotros cada
día, porque lo que mata el amor es la rutina. Este vino a ser el programa de
Francisco para este retiro. Vamos ahora a llevarlo a nuestros hogares, a
nuestros equipos, a nuestra sociedad, al mundo entero. Porque, como nos dijo el
cardenal Paglia en el Encuentro de Regionales del mundo, en el mes de
septiembre pasado, “tenemos que hacer del mundo un equipo de Nuestra Señora”, porque
todos somos amigos y hermanos.
Buena tarea. Valiente tarea.
Aceptamos el reto. Comenzamos hoy por una tarea bien concreta: hoy voy a sonreír.
Porque Dios me ama. ¿Aceptas el reto? Siiiiii.
Gracias a todos los que habéis
hecho posible que estuviéramos tan a gusto. Esta es nuestra crónica, inmediata, sentida, cercana al momento en que ocurrió. Y así la anunciamos.
H y MN
Emotivo y justo comentario a lo vivido. Nos unimos totalmente a él. Hoy vamos a ir por León con el rostro sonriente para que nos vean alegres y hacer del mundo un Equipo de Nuestra Señora. Elvi y Viti
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