La semana
pasada hablábamos de que los cristianos de a pie deberíamos tener más capacidad
de razonar y tomar decisiones y no estar siempre a “órdenes“ de otros que
nosotros creemos que tienen más autoridad para proponer cosas o cambios.
Esta
semana vamos a hablar de la actitud contraria a la anterior, la de los
cristianos que son o, a veces, somos como ramas que mueve el viento y estamos
dispuestos a cambiar a la primera ocasión, sin reflexionar sobre ese cambio.
Creemos
que los cristianos sobre todo debemos ser personas maduras y la madurez nos
tiene que llevar a saber que hemos de formarnos lo más posible para poder tomar
decisiones o dar opiniones que lleven a ese cambio que vemos tan necesario en
la Iglesia.
Quizá sea
bueno que los Equipos se planteen una etapa de estudio y formación para que
podamos ayudar a los demás cristianos, jerarquía y laicos, a llevar a cabo esos
cambios que se ven tan necesarios. Seguro que el Espíritu Santo estará a
nuestro lado orientándonos.
Ven
Espíritu Santo…
Un abrazo
Huellas
La flexibilidad es esencial para vivir, mantener lo esencial que es inamovible también, pero esencial hay muy poco: solo amar. Norecic
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. El amor es lo más flexible y lo más firme
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