Un ángel nos anunció la paz en la fiesta de Navidad |
Hoy, primer día de año, quiero escribir de la
paz. Así comienzan todos los años: diciéndonos que el día 1 de enero es el día
de la paz.
La paz es ese estado en el que una persona está a gusto. Cuando alguien dice: “me siento
en paz” es que acepta lo que le pasa, sabe que se encuentra feliz. Y eso
depende fundamentalmente de cada uno, de su estado interior. Es verdad que las
circunstancias externas juegan o pueden jugar un papel importante. Pero, es el
estado interior, el cómo se siente cada uno, lo determinante para estar en paz.
Nadie puede estar en paz si no está a gusto
con sus actos. Nadie puede sentirse en
paz si no ha aceptado lo que le ocurre. Y esa es una labor que lleva su
esfuerzo.
De ahí que la paz sea la consecuencia de cómo
estás, cómo te sientes, cómo estás llevando tu vida. Si estás en paz es que
estás a gusto contigo. Y ahí comienza todo cambio.
Hay quien puede pensar que su bienestar está
en cómo les vaya su salud, o cómo tengan su cuenta corriente o qué empleo
tengan o cómo sea su familia o cuántos amigos tengan o qué viajes poder realizar
o en cómo tocar una melodía. Pero todo eso, con ser importante, no es lo
esencial.
Lo esencial está en ti. En cómo te sientas
tu. Si estás a gusto contigo sabrás disfrutar del trabajo, de un viaje, de una
familia o de cómo interpretan una canción. Pero sólo si estás a gusto contigo
mismo.
Los cristianos creemos en la persona de
Jesús, pensamos que Dios es la fuente de nuestra bondad, que la fe es un don
que nos hace felices. Todo eso está dentro de nosotros. Sabemos que Dios nos ha
dado la capacidad de ser felices. De comenzar el cielo en la tierra. Esta es la
gran enseñanza.
En este primer día del año, en el día de la
paz invitamos a todos a vivir en paz. Solo así se puede ser feliz. Feliz año
2014.
H y MN
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