Estos días
oímos por todas partes esta palabra, como si en todos nosotros hubiera una
auténtica necesidad de paz. Pues vemos que
estamos viviendo tiempos muy recios, en los que se tambalean muchos de
los valores en los que hemos fundamentado nuestras vidas como cristianos. Cuando
oímos la frase: "¡Paz a los hombres y mujeres de buena voluntad!". debemos
saber que éste no es uno mensaje ñoño.
La
"buena voluntad" consiste en actuar siguiendo unos rectos principios
éticos con los que se es consecuente. Pero no todo el mundo es consecuente con
esa buena voluntad, sobre todo cuando esa buena voluntad toca nuestras
bolsillos o nuestra forma de vivir o ascender en la escala social.
La crisis
económica ha tenido nombres y apellidos. Pero no pensemos en gente muy alejada.
Todos, en uno u otro momento, quizá hemos sido algo colaboradores con ella. Los
que trabajaban en bancos y aconsejaban a personas comprar preferentes que
sabían que iban a ir mal, los que vendían pisos, sabiendo que las personas
estaban comprando por encima de sus posibilidades y se iban a arruinar, o las
que en nuestras casas comprábamos sin parar sabiendo que no íbamos a poder
pagar.
En fin, la
austeridad era un mito y todos de una forma u otra quizá hemos colaborado.
Pero para
que haya paz debe haberla antes en nuestro interior. Ojala seamos capaces de
vivir en paz con nosotros mismos para transmitir esa paz a los demás. Como
decía John Lennon démosle una oportunidad a la paz.
Que la paz
esté con vosotros.
Huellas
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