Llevábamos
un tiempo en que algunos hechos que sucedían en la Iglesia nos producían un
malestar enorme, cuando no una gran indignación. De alguna manera habíamos
perdido la esperanza y no nos dábamos cuenta que ese era el mayor problema,
perder la esperanza.
Pero vemos
que Dios tiene mucha paciencia y siempre está al tanto de lo que sucede para
ayudar a cambiarlo. Lo que pasa es que el tiempo de Dios no es el nuestro.
Y así Dios
en forma de Espíritu Santo ha comenzado a actuar. Nos ha enviado un papa que se
ha puesto al nivel de las personas y se ha dado cuenta de que lo más importante
es el ser humano y a él se deben dirigir las acciones de la Iglesia. El papa
Francisco aparece como un nuevo profeta para que entre todos crezca la
esperanza.
Tiene
continuamente palabras poderosas que hablan de cercanía de ternura, de
solidaridad, de dignidad y siempre a favor de los más débiles, los más
marginados, los más abandonados, los más pobres… Pero es que además sus hechos
corroboran sus palabras.
Gracias a
él las raíces que estaban escondidas en nuestro corazón están volviendo a
florecer y esto nos llena de alegría y nueva esperanza.
Las flores
nunca se cansan de crecer, aún en los parajes más pobres. Aprendamos de ellas y
disfrutemos de su belleza.
Un
abrazo
Huellas
Lo más importante son las personas, no las teorías ni los dogmas ni los sacramentos ni la liturgia...lo más importante son las personas. Me quedo con esto. Setarcos
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