¿Has oído el canto de ése pájaro?
El discípulo se quejaba constantemente a su Maestro Zen: "No haces más que ocultarme el secreto último del Zen". Y se resistía a creer las consiguientes negativas del Maestro.
Un día, el Maestro se lo llevó a pasear con él por el monte. Mientras paseaban, oyeron cantar a un pájaro.
"¿Has oído cantar a ése pájaro?", le preguntó el Maestro.
"Sí", respondió el discípulo.
"Bien; ahora ya sabes que no te he estado ocultando nada".
El discípulo se quejaba constantemente a su Maestro Zen: "No haces más que ocultarme el secreto último del Zen". Y se resistía a creer las consiguientes negativas del Maestro.
Un día, el Maestro se lo llevó a pasear con él por el monte. Mientras paseaban, oyeron cantar a un pájaro.
"¿Has oído cantar a ése pájaro?", le preguntó el Maestro.
"Sí", respondió el discípulo.
"Bien; ahora ya sabes que no te he estado ocultando nada".
"Sí", asintió el discípulo.
Si realmente has oído cantar a un pájaro, si realmente has
visto un árbol..., deberías saber (más allá de las palabras y los
conceptos).
¿Qué dices? ¿Que has oído cantar a docenas de pájaros y has
visto centenares de árboles? Ya. Pero lo que has visto ¿era el árbol o su
descripción? Cuando miras un árbol y ves un árbol, no has visto realmente el
árbol. Cuando miras un árbol y ves un milagro, entonces, por fin, has visto un
árbol. ¿Alguna vez tu corazón se ha llenado de muda admiración cuando has oído
el canto de un pájaro?
Tony de Mello
Capacidad de sombro y de admiración: maravillas del ser humano. Setarcos
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