MATEO 3, 13-17
13 Entonces llegó Jesús desde Galilea al Jordán y se
presentó a Juan para que lo bautizara.
14 Juan intentaba disuadirlo diciéndole:
- Soy yo quien necesita que tú me bautices, y ¿tú acudes a
mí?
15 Jesús le contestó:
- Déjame ya, que así es como nos toca a nosotros cumplir
toda justicia.
Entonces Juan lo dejó. 16 Jesús, una vez bautizado, salió en
seguida del agua. De pronto quedó abierto el cielo y vio al Espíritu de Dios
bajar como paloma y posarse sobre él, 17 y una voz del cielo dijo:
- Éste es mi Hijo, el amado, en quien he puesto mi favor.
En el evangelio de hoy, Jesús
se bautiza en el Jordán de la mano de Juan Bautista. Quiere que haya esa
manifestación de aceptación a Dios con ese gesto, ese don, ese sacramento que
es el bautismo.
¿Por qué? Porque es una
manifestación de voluntad de acoger a Dios. ¿Para qué? Para que todos sepan que
acepta a Dios.
El bautismo es eso: acoger
libremente a Dios creador y manifestarlo así ante los demás. Es entrar
conscientemente en la casa de Dios.
Entramos en el campo de la fe.
El bautismo se entiende desde el corazón. La mente no alcanza a comprenderlo.
¿Por qué es así? Porque así lo siento, porque así lo percibo, porque así lo
noto, porque así nos lo dice Jesús
con su ejemplo. Trata de entenderlo desde el corazón. De igual forma a como
puedes entender un beso o un abrazo en cualquier situación en la que sobran las
palabras.
En siguiente video dejo que
Dios te hable, escúchale. Feliz domingo.
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