Acabamos de encontrar esta frase que nos ha hecho
recapacitar. Tantas veces le “chillamos” a Dios por el sufrimiento que estamos
pasando. Y le decimos ¿Por qué a mí? Dios nos podría contestar: ¿y por qué a ti
no y a otros sí?
Pero no nos lo dice, porque nos entiende y es el
Padre tierno que acepta nuestro grito, nuestras protestas, entiende nuestro
dolor y sonríe ante nuestras quejas. Él sufre con nosotros pero a la vez nos
lleva en brazos, para que las piedras del camino nos resulten más llevaderas.
Padre, gracias por ser como eres y perdona
nuestro mal humor en algunos momentos. Te queremos.
Un abrazo
Huellas
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