Enseguida nos llega la época
de las bendiciones: San Antón, San Blas, Santa Águeda, la ceniza...
Y ahí están las filas de
personas recibiendo “el rito de la bendición”.
Bendecir significa “decir
bien”. Así que será bueno que le digamos a Dios lo buenas que son las
rosquilllas, lo serviciales que son los animales. Pero eso sí que es bendición:
decirle, hablarle a Dios bien de alguien o de algo.
No podemos añadir nada a la
bondad de las cosas porque le echemos una rociada de agua.
Qué bonito es darle gracias a
Dios por la comida, agradecer a las personas que la han preparado. Decir bien,
hablar bien, darles gracias.
Me recuerda aquello del
Génesis “Y vio Dios que era bueno o muy bueno”.
Será maravilloso descubrir la
bondad de las cosas y de las personas. Porque Dios está en ellas y las personas
han actuado... Todo lleva el sabor de Dios. En todo está El y actúa.
Y será fenomenal si
compartimos parte de esos dones o de esa comida con quienes lo necesitan más
que nosotros. “Te damos gracias Padre y queremos compartirlo con…”
Y como estamos de sequía,
bueno será recordar y restringir en lo que podamos el uso del agua. Pero, sobre
todo, acordarnos de aquellas personas de tantos países que carecen de agua. Es
muy egoísta encerrarnos en que llueva en nuestra tierra y no preocuparnos de un
mejor reparto de la bebida en todos los rincones del mundo.
Conste que hay oraciones muy
interesantes en los rituales, si profundizamos y seguimos su espíritu. (Igual
sobra el asperger, y encima gastamos menos agua). Lo que nos perjudica es si
nos quedamos con la foto del periódico y con la rutina de la fila esperando la
bendición con nuestros dulces. A veces pienso que sería mejor ir a bendecir (¿?
) a las pastelerías.
Pienso que no nos creemos del
todo que estamos salvados, llenos de Dios, amados por Él. Y por eso, en lugar
de reconocer su bondad, nos dedicamos a pedirle.
Además, hay una forma sencilla
de que las personas reconozcan y acojan las bendiciones de Dios. Que nosotros
seamos la fuente que mana esa bondad para los demás.
Gerardo Villar
No hay comentarios:
Publicar un comentario