Acabamos de pasar la etapa de
la Pascua y entramos en la vida diaria, a veces notamos que tenemos el corazón
un poco seco. Claro, antes estábamos viendo a Jesús y ahora se nos ha ido. Pero
no olvidemos que nos ha dejado el Espíritu Santo. ¿Hablamos con Él?
Generalmente no pensamos lo
suficiente en Él, seguimos creyendo en Jesús pero no en todas sus palabras,
porque Él nos dijo bien claro que nos dejaba el Espíritu al irse y se nos ha
olvidado. Por eso hoy queremos recordaros una oración preciosa para llamarlo a
nuestro lado.
Ven
Espíritu Santo,
envía tu
luz desde el cielo.
Padre
amoroso del pobre;
don, en
tus dones espléndido;
luz que
penetra las almas;
fuente del
mayor consuelo.
Ven dulce
huésped del alma,
descanso
de nuestro esfuerzo,
tregua en
el duro trabajo,
brisa en las
horas de fuego,
gozo que
enjuga las lágrimas
y
reconforta en los duelos.
Entra
hasta el fondo del alma,
divina luz,
y enriquécenos.
Mira el
vacío del hombre
si Tú le
faltas por dentro;
mira el
poder del pecado
cuando no
envías tu aliento.
Riega la
tierra en sequía,
sana el
corazón enfermo,
lava las
manchas,
infunde
calor de vida en el hielo,
doma el
espíritu indómito,
guía al
que tuerce el sendero.
Reparte
tus Siete Dones
según la
fe de tus siervos.
Por tu
bondad y tu gracia
dale al
esfuerzo su mérito;
salva al
que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Amén.
Un abrazo Huellas
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