morir y nacer |
“La muerte mística es la muerte
del yo, y ese yo es el que las personas no quieren soltar. En occidente nos
hemos identificado de tal manera con nuestro yo que lo equiparamos a la vida y
deseamos perpetuarlo; en eso parece consistir el pecado original: haber creído
poder ser «como Dios» con este yo.
Ese yo no es más que el punto de
cruce de nuestras fuerzas psíquicas que se nos presenta como independencia. Es
una ilusión sin más y se trata simplemente de desprenderse de ella.
El yo no es más que un pequeño
disco que flota sobre nuestra consciencia; un órgano de ella, pero se comporta
como si fuera el soberano y, por ello, se encuentra en una lucha constante con
la profundidad de nuestro ser. La actividad de este yo aparentemente autónomo y
el egocentrismo resultante constituye la verdadera enfermedad de nuestro
tiempo, sobre todo en occidente; se la denomina «egoneurosis».
Quien no es capaz de desprenderse
de su yo, de morir y de mirar la muerte cara a cara, tampoco podrá vivir. Son
pocas las personas que emprenden el camino de la muerte del yo –el camino
místico—, y menos aún las que van por él hacia el final. Porque antes del morir
está el miedo”.
Willigis JÄGER, En
busca del sentido de la vida, Narcea, Madrid 1999, p.24.
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