Campera regional, 17 junio, Villagarcía de Campos |
MATEO 11, 25-30
25 En aquella ocasión exclamó
Jesús:
- Bendito seas, Padre, Señor de
cielo y tierra, porque, si has escondido estas cosas a los sabios y entendidos,
se las has revelado a la gente sencilla; 26 sí, Padre, bendito seas, por
haberte parecido eso bien.
27 Mi Padre me lo ha entregado
todo; al Hijo lo conoce sólo el Padre y al Padre lo conoce sólo el Hijo y aquel
a quien el Hijo se lo quiera revelar.
28 Acercaos a mí todos los que
estáis rendidos y abrumados, que yo os daré respiro. 29 Cargad con mi yugo y
aprended de mí, que soy sencillo y humilde: encontraréis vuestro respiro, 30
pues mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
El evangelio es para todos. Conocer
a Jesús y seguirle es un don que se nos ha regalado. Dios se ofrece. Y ahí se
queda con los brazos abiertos. ¿Por qué
seguirle? Porque nos ama. ¿Para qué seguirle? Para ser feliz.
No es necesario grandes
tratados, ni argumentos sesudos, ni saber teología ni estar especialmente
capacitados. El evangelio se entiende desde la humildad y la sencillez. Si
queremos “jugar a ser dioses” y a encontrar argumentos contra EL, nos amargamos
la existencia. La soberbia no es de cristianos.
Poner la confianza en Dios es abrir
los oídos, el entendimiento y el corazón a EL. Pretender entender todo desde la
razón es reducir a Dios a lo que no puede ser. Desde nuestra condición de
humanos no tenemos la capacidad para abarcar a Dios, pero sí para intuir que
junto a Él podemos ser felices.
Lo dicho, el evangelio es para
los humildes y sencillos. Es para nosotros. Es para nuestro bien. Amigos de los
equipos sabemos que Dios nos ama y eso nos tiene que bastar.
En el siguiente video se nos
invita a la humildad, sabiéndonos débiles. Feliz domingo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario