Campera junio 2017. Villagarcía de Campos. |
MATEO 10, 37-42
37 El que quiere a su padre o a su
madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más
que a mí, no es digno de mí; 38 y el que
no coge su cruz y me sigue, no es digno de mí.
39 El que ponga al seguro su vida, la
perderá, y el que pierda su vida por causa mía, la pondrá al seguro.
40 El que os recibe a vosotros, me
recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado.
41 El que recibe a un profeta en
calidad de profeta tendrá recompensa de profeta; el que recibe a un justo en
calidad de justo, tendrá recompensa de justo; 42 y
cualquiera que le dé a beber aunque sea un vaso de agua fresca a uno de estos
pequeños por su calidad de discípulo, no se quedará sin recompensa, os lo
aseguro.
Nos convine levantar la mirada y mirar a lo lejos. Si reducimos
la vida a lo inmediato se queda muy pobre. Esto viene a propósito del evangelio
de hoy. Nuestra casa tiene que ser el mundo entero, nuestra familia tienen que
ser todas las personas, nuestras ocupaciones no las podemos reducir solo a lo
más cercano. El evangelio nos invita a lo universal. A abrir los brazos, a salir,
a invitar a los demás, a pararnos con otros en el camino de la vida. A eso nos
invita a Jesús: a salir de nuestro acomodo y confiar en las capacidades con las
que nos ha creado. Quitar miedos y salir porque la vida es una aventura
maravillosa, aunque muchas cosas no las entendamos. El vídeo que sigue nos invita a ello. Feliz domingo.
Y, sobre todo, el evangelio nos invita a ACOGER , uno de los carismas de nuestro MOVIMIENTO ENS
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