Muchas veces hablamos de la
familia tradicional como algo a lo que debemos volver porque es un ideal. Pero
esa familia no existió realmente, sino que se basaba en una gran presión social
sobre la mujer para aceptar su realidad. Son familias propias de mediados del
siglo XX cuando se alarga la esperanza de vida y la riqueza crece.
Mucha gente celebra hoy bodas
de plata y de oro, pero eso era impensable en otros tiempos porque la esperanza
de vida era de 40 años. Hoy la promesa de "para toda la vida" se
vuelve más difícil de cumplir.
Por otra parte antes morían
muchas mujeres al dar a luz y también muchos niños al nacer. Así que los
matrimonios solían ser cortos.
Ya entrado el siglo XX, las
familias seguían teniendo muchos hijos y como las madres y los niños no morían
tanto, las familias aumentaron. Sólo a finales del XX las familias volvieron a
su tamaño habitual debido a los métodos anticonceptivos.
Hoy, los problemas que vivimos
como, el aborto, el divorcio, las familias monoparentales, los matrimonios
homosexuales, en realidad son soluciones a problemas concretos: los embarazos
no deseados, la incompatibilidad de caracteres, el cuidado de hijos cuando una
pareja se rompe, la legislación necesaria para las parejas homosexuales que existen
de hecho, etc. Pero claro queremos luchar contra los problemas sin aceptar las
soluciones y eso es difícil.
¿Cual es la solución entonces
a esta situación? Desde luego no se trata de mirar para atrás o buscar familias
que vivieron en otros contextos. Debemos ver la verdadera realidad de nuestro
momento y aceptar la diversidad que se da y desde ahí acercarnos a los demás,
pero no creyéndonos mejores ni superiores, sino aceptando con humildad que cada
familia puede buscar a Dios desde su forma de vivir en este momento histórico.
Un abrazo
Huellas
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