Nos
podríamos preguntar qué hace el Espíritu en nosotros. Creemos que nos renueva y
nos da vida.
Poco a poco
nos hemos ido olvidando del Espíritu. Hablamos del Padre, del Hijo, Jesús, pero
muy poco del Espíritu. Pero Jesús se fue y nos dijo que nos dejaba el Espíritu,
así que es a Él al que debemos acudir para limpiar y renovar nuestro corazón.
Somos muy
tibios, nuestra mediocridad espiritual es patente y eso nos sucede porque no
estamos apoyados en el Espíritu. Sólo podemos renovarnos y renovar la Iglesia
aferrándonos a Él.
Solo el
Espíritu puede poner más luz en el cristianismo actual. Por eso hemos pensado
que quizá sería buena una regla de vida que suponga que al levantarnos cada
mañana digamos: Ven Espíritu divino… De su manos seremos más ardientes y más
contagiosos de la alegría de haber conocido a Dios. Y tendremos mucha más
fuerza.
Por eso
digamos juntos: VEN ESPÍRITU DIVINO…
Un abrazo
Huellas
No hay comentarios:
Publicar un comentario