Cuando vemos un diamante y sus brillos por todas
partes, siempre sentimos su belleza. Qué maravillas crea la naturaleza. Pero
también cuántas lecciones nos da.
Para que este diamante se haya formado ha
necesitado una presión inmensa y ha tenido que soportarlo. Pensamos que lo
mismo nos sucede a las personas. Muchas veces tenemos que pasar ratos
difíciles, para conseguir una vida preciosa. Porque la vida es preciosa. Esto
nos hace pensar: La presión produce diamantes, y las cosas no tienen que ser
“perfectas” para ser geniales.
Si somos capaces de aguantar esa presión que nos
viene a veces, conseguiremos que nuestra vida brille, se convertirá en un
brillante maravilloso que reflejara todas las facetas de Dios
Un abrazo
Huellas
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