Estas armas han de tener nuestras banderas: que de todas maneras la
queramos guardar: en casa, en vestidos, en palabras y mucho más en el
pensamiento. Y, mientras esto hicieren, no hayan menor miedo que caiga la
religión de esta casa, con el favor de Dios. Que, como decía Santa Clara,
grandes muros son los de la pobreza. De éstos, decía ella, y de humildad quería cercar sus monasterios.
Y, a buen seguro, si se guarda de verdad, esta honestidad y todo lo demás
fortalecido mucho mejor que con muy suntuosos edificios. De éstos se guarden.
Por amor de Dios y por su sangre se lo pido yo. Y, si con conciencia lo puedo
decir, que el día en que tal hicieren, se torne a caer.
Camino de Perfección,
capítulo 2, número 8. Santa Teresa de Jesús.
José Luis y Sofía
Seguimos publicando estos escritos de la Santa de Avila en la que insiste el el bien que es, para el desarrollo espiritual, la pobreza
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