Anochece, Señor.
He vivido la jornada que me has dado
haciendo lo que hago diariamente…
He sembrado un puñado de ilusiones
y encendido algunas luces.
Estoy cansado
y se me duermen hasta las ilusiones.
Pero te creo como a nadie,
y sé que eres compañero y cómplice,
que te desvives por mí
y me entiendes.
Acúname,
descánsame
y despiértame creyéndote más,
y más sereno y libremente.
Florentino Ulibarri.
No hay comentarios:
Publicar un comentario