Hemos
visto esta preciosa escultura en la que una mujer tiene la nariz rota. Y
decimos ¡Qué pena! Pero la belleza sigue intacta en esa cara, y ese defecto la
hace quizá más bella porque la vemos más cercana.
En la vida
sucede lo mismo. Conocemos personas maravillosas, pero siempre les encontramos
algún pequeño defecto y decimos ¡Qué pena!
Y nosotros ahora pensamos. Es maravilloso que la gente tenga pequeños
defectos, porque las hace más humanas, más cercanas a nosotros. Así que,
amigos, valoremos también esos defectos de los que nos rodean en vez de
criticarlos. Es una bonita forma de manifestar el amor por los demás.
Un abrazo
Huellas
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