Vemos
matrimonios que siguen juntos amándose después de muchos años, y eso nos alegra y nos enternece.
Algunos
podrán decir que hay rutina, incluso pereza por cambiar una vida anodina. No somos
quien para juzgar. Pero nos apuntamos a los que creen que lo que hay es cariño.
Por eso permanecen. Hay amor. No será, aquel un amor apasionado. No es posible.
Será más bien un amor sosegado, entregado, reconocido, alimentado.
Queremos
fijarnos en ellos. En los que después de años siguen juntos. Son los que son
objeto de nuestra admiración. Porque aceptan que las cosas cambien, pero siguen
enamorados. Porque saben que la salud se va perdiendo, pero siguen enamorados.
Porque cada día los despistes son mayores, pero siguen enamorados. Porque se
les caen las cosas, se manchan, se olvidan, pero siguen enamorados.
Hoy
queremos dejar patente nuestra admiración por esos matrimonios que siguen
mirándose a los ojos, dándose calor, acariciándose.
Hoy levantamos
nuestra copa por esos matrimonios a quienes las cosas no le salen como quieren
pero siguen juntos porque saben que juntos siguen felices, que juntos pueden
más, que juntos es como quieren vivir y así juntos quieren seguir para siempre.
Hoy damos
gracias a Dios por tantos matrimonios que siguen enamorados. Porque
así son felices.
Hoy
queremos brindar por los matrimonios de equipos. Porque siguen juntos, se aman,
tienen fe y juntos quieren vivir esa fe. Nuestra felicitación.
H y MN
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