Ayer
tuvimos la reunión interequipos y salió el tema de lo bien que nos
encontrábamos en el movimiento y cuánto nos había ayudado el pertenecer a los
equipos durante estos años. Muchos incluso decían que hubiera sido buenísimo
haberlos conocido antes, porque nos han ayudado a moldear nuestro carácter y
nuestra relación con los demás miembros de la familia y sobre todo con el
cónyuge.
Y esto nos
hace pensar que en nuestro movimiento en León hay poca gente joven. ¿Qué podemos
hacer para que los jóvenes se acerquen a nosotros?
Sabemos
que ahora la vida es más complicada, que tienen menos tiempo, que las casas son
más pequeñas, que algunas parejas viven con los padres porque ni siquiera
pueden pagarse la renta de un piso, que trabajan los dos y no tienen con quien
dejar los niños…
Todo es
cierto, pero todo tiene solución. Quizá el Movimiento deba adaptarse a las
nuevas circunstancias y a los nuevos tiempos. Si no se pueden hacer dos
reuniones al mes, se podría hacer una y la de amistad hacerla al final de la
otra o no hacerla, así sería sólo una vez cuando las parejas tendrían que dejar
a sus hijos.
Y si no se
puede hacer cena o comida, se puede uno sentar en torno a unas patatas fritas y
unas aceitunas, y, si no hay casa, bastaría algún local o la de cualquier miembro de los ENS cuando un
matrimonio tenga ese problema. Y en cuanto a los niños todos podemos rotarnos
para cuidarlos.
En fin,
que cuando se explica a la gente cómo es el Movimiento sería bueno que no se
sintiesen agobiados por esas cosas que en realidad son secundarias. Quizá así
se animarían a entrar en él.
De momento
nos toca rezar para que el Espíritu nos ayude. Seguiremos hablando del tema la
próxima semana.
Un
abrazo
Huellas
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