Caffarel. La difusión III
Hemos
hablado la semana pasada sobre la difusión externa y en esta ocasión vamos a
detenernos en la difusión interna.
Como humanos
que somos es la más difícil de hacer, ya que llama a nuestra conciencia y nos
empequeñece ante un Dios que es
bondadoso y perdonador. Es la que nos dice que debemos “salir” de nuestro
equipo (en singular) y debemos “entrar” en equipossss (en plural), que es donde
está nuestro sitio y nos pueden necesitar. Es la que nos reclama que tengamos
una mentalidad de patrono o de constructor. Es la que atormenta nuestra
conciencia cuando no estamos convencidos de lo que hacemos. Es la que nos
susurra al oído que no cumplimos con lo que nos pide nuestro fundador y hacemos
lo que nos parece porque es más cómodo.
Si queremos
que los ENS recuperen un nuevo dinamismo, lo que hay que hacer es unirse al
“crecimiento interno”.
Imaginar que
tenemos una fuente de agua pura y que empieza a escasear. Con preocupación nos
ponemos a buscarla horadando un poco más adelante o atrás en vez de ahondar en
el mismo lugar donde está nuestra fuente que es de donde provenía el agua. Los
humanos siempre hacemos difíciles las cosas que son sencillas.
Amigos… no
busquemos afuera lo que está a nuestro alcance. Vayamos a las fuentes de
nuestro movimiento y releamos con detenimiento los documentos que están
editados. La Carta Fundacional, La Guía de los Equipos de Nuestra Señora, El
Segundo Aliento, etc. etc.
Estamos en
tiempo de Cuaresma, tiempo para entrar en nuestro interior y ser veraces
contestando las preguntas que hacían H y MN en el comentario al artículo de la
primera semana: ¿Soy miembro activo de los ENS? ¿Construyo los Equipos? ¿Siento
el Movimiento como algo mío que quiero compartir con los demás? ¿Me comprometo,
de verdad, a dar cuenta del movimiento? ¿Estamos unidos de forma unánime al
“crecimiento interno”?
Un cariñoso
saludo
Elvi y Viti
Coordinadores
EDIP Sector
Estamos de acuerdo en que sin ese convencimiento interno, ese amor profundo a los, la difusión hacia fuera no será posible y si lo fuera no sería convincente. Alguien dijo: ¡cómo me gusta el cristianismo!, ¡qué poco los cristianos!. Sintamos ENS en toda su plenitud. Por ahí irán bien las cosas.
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