martes, 18 de marzo de 2014

LA DIFUSIÓN INTERNA

Caffarel. La difusión III




Hemos hablado la semana pasada sobre la difusión externa y en esta ocasión vamos a detenernos en la difusión interna.

Como humanos que somos es la más difícil de hacer, ya que llama a nuestra conciencia y nos empequeñece  ante un Dios que es bondadoso y perdonador. Es la que nos dice que debemos “salir” de nuestro equipo (en singular) y debemos “entrar” en equipossss (en plural), que es donde está nuestro sitio y nos pueden necesitar. Es la que nos reclama que tengamos una mentalidad de patrono o de constructor. Es la que atormenta nuestra conciencia cuando no estamos convencidos de lo que hacemos. Es la que nos susurra al oído que no cumplimos con lo que nos pide nuestro fundador y hacemos lo que nos parece porque es más cómodo.

Si queremos que los ENS recuperen un nuevo dinamismo, lo que hay que hacer es unirse al “crecimiento interno”.

Imaginar que tenemos una fuente de agua pura y que empieza a escasear. Con preocupación nos ponemos a buscarla horadando un poco más adelante o atrás en vez de ahondar en el mismo lugar donde está nuestra fuente que es de donde provenía el agua. Los humanos siempre hacemos difíciles las cosas que son sencillas.
Amigos… no busquemos afuera lo que está a nuestro alcance. Vayamos a las fuentes de nuestro movimiento y releamos con detenimiento los documentos que están editados. La Carta Fundacional, La Guía de los Equipos de Nuestra Señora, El Segundo Aliento, etc. etc.

Estamos en tiempo de Cuaresma, tiempo para entrar en nuestro interior y ser veraces contestando las preguntas que hacían H y MN en el comentario al artículo de la primera semana: ¿Soy miembro activo de los ENS? ¿Construyo los Equipos? ¿Siento el Movimiento como algo mío que quiero compartir con los demás? ¿Me comprometo, de verdad, a dar cuenta del movimiento? ¿Estamos unidos de forma unánime al “crecimiento interno”? 

Un cariñoso saludo
 Elvi y Viti
 Coordinadores EDIP Sector

1 comentario:

  1. Estamos de acuerdo en que sin ese convencimiento interno, ese amor profundo a los, la difusión hacia fuera no será posible y si lo fuera no sería convincente. Alguien dijo: ¡cómo me gusta el cristianismo!, ¡qué poco los cristianos!. Sintamos ENS en toda su plenitud. Por ahí irán bien las cosas.

    ResponderEliminar