En la jornada de Responsables de equipo, 9-11-2013 |
Merece la pena. Soñar en otro mundo posible. Soñar en otra vida, en otra
justicia, en otra humanidad mucho más capaz de resolver sus problemas.
Y más que
soñar, creer. Creer que hay caminos para acercarse a ese mundo mejor. Caminos
necesarios, fascinantes. Caminos alternativos. Lógicas que prescinden de lo que
el mundo vende como imprescindible, necesario e inevitable.
Creer en el ser humano. En su capacidad. ¿Para que sino? ¿Creer en sus cualidades? Ponerlas al servicio, gastarlas. ¿Para que las queremos intactas del día de nuestra muerte?
Creer en la persona. En su bondad. Por mucho mal que haya, hay mucho más bien. Hay muchas más personas haciendo bien que gente buscando la manera de jorobar al que está al lado.
Creer en la persona. En su decisión de decir: hoy voy a ser feliz, hoy voy a ser amable, hoy voy a saludar con la sonrisa en la boca.
¿Es eso soñar? Para quien así lo crea, yo he decidido soñar. Pero para los que crean que es verdad, que no es un sueño -me apunto a éstos- hoy he decidido comenzar a creer en la persona y en su generosidad.
¿Para que es la fe sino? ¿De que vale si no la aplica al día a día? ¿No decimos que es un don? Pues vamos a usarlo, vamos a desgastarlo porque cuando más lo apliquemos más grande se hace. Igual que el amor: no se gasta. Al contrario, cuando más lo uso se hace más grande.
H y MN
Eso, eso...
ResponderEliminarSoñar y luego convertir en realidad nuestros sueños, que maravillosa feliicidad.
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