JUAN 3, 16-18
16 Porque así demostró Dios su amor al
mundo, llegando a dar a su Hijo único, para que todo el que le presta su
adhesión tenga vida definitiva y ninguno perezca.
17 Porque no envió Dios el Hijo al
mundo para que dé sentencia contra el mundo, sino para que el mundo por él se
salve.
18 El que le presta adhesión no está
sujeto a sentencia: el que se niega a prestársela ya tiene la sentencia, por su
negativa a prestarle adhesión en su calidad de Hijo único de Dios.
Este evangelio nos muestra una
acción plena de amor: el mismo Dios envía a su Hijo al mundo. Pongámonos en
situación. ¿Puede haber un gesto de mayor amor? Quien es capaz de entregar a su
hijo ama más que si él mismo se entrega.
Esta acción de Dios nos invita
a tomar conciencia que somos amor y todo lo que tenemos que hacer es amar.
Cuando lleguemos a una encrucijada preguntémonos para resolverla cómo amo más.
Esa es la regla de la infalibilidad.
Cuando amamos acertamos, nos
desarrollamos en plenitud.
Cada día tenemos momentos de
amar más. Pon una sonrisa al levantarte, levántate de la mesa a servir, no
reclames con tanta insistencia tus derechos, deja que otro te adelante, dona
algún dinero, acepta las responsabilidades
que se te piden, mira a tus hijos con cariño, ofrécete a colaborar, no seas
remolón…hay tanto cada día para amar más.
Amigos de los equipos que no
se pase este domingo sin demostrar a los que tienes más cerca que hoy les amamos más. El siguiente video nos invita a tomar conciencia de que tenemos todas las posibilidades para amar más. ¿a qué esperamos? Feliz domingo.
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