En muchas
reuniones en las que nos vemos, siempre hay alguien que pide por la paz. Pero
ya sabéis lo que se dice: “A Dios rogando y con el mazo dando”. Dios nos ha
dado inteligencia para actuar y por ello debemos usarla. ¿Y a que nos referimos?:
pues a que tenemos que empezar por educarnos para la paz.
Hasta ahora lo mejor
que hemos logrado es la tolerancia, y aún nos falta mucho por conseguir,
incluso esa tolerancia. Por ejemplo nos falta mucho para la aceptación y la
acogida del extranjero, sobre todo si su color de piel, su religión y su
cultura lo hacen muy diferente a nosotros que nos consideramos los dueños de
España.
Educar para poder tener
un pensamiento crítico, para que nos preguntemos acerca de nuestras ideas sobre
el mundo y las enriquezcamos con las ideas de otras personas que tienen una
visión diferente, todavía queda muy lejos.
Los que piensan
distinto, o tienen otra cultura… no son una amenaza para nosotros. Debemos aprender
que nadie tiene la verdad completa, porque la verdad es tan grande que nos
desborda y los demás también pueden tener su parte de verdad, y lo maravilloso
de esto es darnos cuenta que el diferente es quién nos puede ayuda a crecer, a
ampliar nuestros pequeños horizontes.
Es más, hemos aprendido
que a veces las cosas se arreglan igual con verdades distintas. Por eso
nuestros hijos deberían aprender a que hay que dejar a las personas descubrir
su propia verdad, que a su vez puede ser distinta de la nuestra y también ser
verdad.
Pero tenemos miedo y
entonces adoctrinamos. Y nos encerramos en ghetos ideológicos, culturales,
religiosos... Hemos aprendido que la verdad no es blanca ni negra y que el
universo tiene muchos colores. Pero desgraciadamente vemos que en las discusiones hoy raramente se escuchan
argumentos honestos, sino descalificaciones, ataques, y todo lo que pueda
destruir al que no piensa como nosotros.
Ojalá seamos capaces de
sabernos educar para la paz. El fútbol es un buen lugar. Grupos distintos se
enfrentan con honestidad y piensan que el otro puede ganar honradamente.
Hagámoslo nosotros también.
Un
abrazo
Huellas
Tolerancia, honestidad, no adoctrinamiento, paz...qué verdad. Todo eso es necesario para vivir todos felizmente. No es fácil. No será fácil. Pero los que sabemos que ese es el camino, tenemos que predicar con el ejemplo. Gracias, Huellas, por vuestras aportaciones, siempre interesantes y oportunas. Hoy, nos solidarizamos con las víctimas y los familiares del accidente de Santiago de Compostela. La vida, de vez en cuanto, da estas dentelladas. No faltará la oración para que llegue cuanto antes el consuelo. HT
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