(Texto
sumerio del 2500 antes de Cristo, hablando de la sabiduría)
Ya hace miles de años los
sumerios nos dejaron este pensamiento. Debemos hacernos personas maduras, y no
quedarnos a la puerta con un infantilismo que a veces nos absorbe.
Porque ser persona madura es
aceptar nuestra debilidad y la necesidad de tener a Dios con nosotros. Él, que
era Dios, también buscaba siempre la orientación y la mano del Padre, así que,
aunque tengamos muchos años, no nos quedemos en la puerta de la inmadurez.
Pidamos la mano de nuestro hermano Jesús para que nos lleve al Padre.
Ya decíamos la semana pasada
Jesús es nuestro hermano, nuestro
amigo….
Un abrazo
Huellas
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