A veces la vida nos golpea con una mala noticia y no
sabemos ni cómo reaccionar. Por una parte es como si una losa nos cayera sobre
la cabeza y no podemos quitárnosla y otras veces queremos pedir a Dios que nos
ayude a superar esos malos momentos.
Un hermano nuestro tiene una
enfermedad terminal. Él lo sabe y es como estar esperando la muerte. Es cierto
que todos sabemos que vamos a morir, pero es distinto cuando te ponen fecha y
es cercana.
Quizá no estemos educados para
aceptar esa etapa de la vida por la que todos vamos a tener que pasar. Él nos
da lecciones porque nos ha llamado para decirnos lo que hay, pero nos ha dicho
que de eso no quiere hablar más.
Somos nosotros los que no
sabemos cómo hablar con él, qué decirle que no aumente su dolor. Son momentos
en que nos ponemos en los brazos del Padre para que nos ayude a superar la
situación y sobre todo que le ayude a él a vivir este final. Os pedimos
vuestras oraciones.
Un abrazo
Huellas
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