Mateo
15, 21-28
Ten
compasión de mi Señor, mi hija tiene un demonio muy malo…ella insistía y Jesús
le respondió: Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.
La mujer cananea del evangelio confía en Jesús y le insiste
hasta que consigue lo que pide. ¿Por qué esta insistencia? ¿Es que Jesús no
sabe lo que necesitamos? Claro que sí. Pero no somos monigotes en sus manos,
somos personas libres y Él quiere que estemos a su lado voluntariamente. Creer
en Jesús es ponerse en sus manos, dejarse guiar por El. Esa guía de Jesús es la
Palabra de Dios meditada, echa oración que nos ha de llevar a acercarnos a los
demás y amarles.
Ojalá el Señor pueda decirnos a nosotros ¡ Qué grande es tu fe!
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