Estamos
empezando un nuevo curso y hemos de verlo “con ojos nuevos”. Debe ser el camino
de la misericordia.
¿Y de qué
forma podemos ser misericordiosos?
Pare
empezar aceptando las debilidades y defectos de los demás, porque seguramente
nosotros tenemos otras debilidades y defectos parecidos.
Y lo mismo
en cuanto a la Iglesia. ¡Cuántas cosas nos gustaría que cambiasen dentro de
ella! Pero no sabemos hacia donde se encamina y ni siquiera podemos augurar un
futuro cierto, porque en nuestra sociedad todo cambia muy deprisa.
Lo primero
que nos gustaría pedir al Movimiento es que los que estamos en él creamos en
una Iglesia que nos ayude a convertirnos en auténticos seguidores de Jesús, en
vez de tener una religión de normas que nos alejen de los demás. Sólo Jesús
puede salvar a su Iglesia y nosotros ser sus colaboradores. Reaccionemos y
miremos con ojos nuevos de misericordia y alegría.
Os
queremos
Huellas
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