El sábado 14 de noviembre los Equipos nos reunimos en la
parroquia de San Froilán para rezar, especialmente, por los que ya están
en la VIDA. Un recuerdo especial tuvimos
por Pedro. Fue en la misa de 8 de la parroquia. Allí estuvimos animando,
participando, viviendo con el resto de los fieles una misa de parroquia. Cada
vez que vamos a una parroquia a compartir la eucaristía la celebración cobra
vida. Los cantos suenan mejor, las caras de la gente están más sonrientes, hay
más calor en el ambiente. Nos decía una vez un párroco: tenéis que venir más
veces, todo es más animado, más cálido con vuestra presencia. Así ocurrió el
sábado.
El equipo 10 se encargó de dar más vida al
encuentro. Las moniciones preparadas nos hicieron poner un plus de atención.
Maxi, el consiliario, en la homilía se refirió a la presencia de los Equipos en
la celebración, a las lecturas, y la presencia de Dios en la celebración.
Centró su intervención en tres palabras: COHESIÓN –está bien vivir cohesionados,
cumpliendo cada uno con sus obligaciones y sin meterse con nadie, respetando
los derechos de todos-; CONVIVENCIA - es más, implica poner atención en los demás,
darse cuenta que los demás también cuenta, es vivir con los demás en armonía-; y COMUNIÓN – es a lo que aspiramos, fundirnos
con el otro, de forma que todos seamos hermanos-. Todo esto es un camino, un itinerario
que el mismo Jesús nos propone en el
evangelio.
Nos vimos, nos saludamos, conversamos, nos interesamos
unos por otros. Porque cada vez que nos vemos es motivo de alegría. Hoy nos
unieron los difuntos. Esos personas que ya están en la VIDA porque, aunque la
muerte nos conduce a un misterio que nos es inalcanzable, creemos que tras la muerte hay VIDA PLENA EN PRESENCIA DE DIOS.
Creemos que en ese momento se nos desvela el misterio de DIOS. ¡Qué maravilla! Pedimos que todos los equipistas que ya están
en la VIDA nos ayuden para vivir nuestro matrimonio, aquí en la tierra,
conforme al evangelio.
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