"Porque hay tanto escrito acerca de esta
virtud que no lo sabré yo entender -cuánto más decir- y como agraviarla yo al
loarla, no digo más de ella. Solo he dicho lo que he visto por experiencia. Y
confieso que yo he ido tan embebida, que no me he entendido hasta ahora. Mas
-pues está dicho- por amor del Señor, pues son nuestras armas la santa pobreza
y lo que al principio de la fundación de nuestra Orden tanto se estimaba y
guardaba por nuestros santos Padres (que me ha dicho quien lo sabe que, de un
día para otro, no guardaban nada) ya que con tanta perfección -en lo exterior-
no se guarde, en lo interior procuremos tenerla. Dos horas son de vida.
Grandísimo es el premio. Y, cuando no hubiera ninguno sino cumplir lo que nos
aconsejó el Señor, será grande la paga imitar en algo a Su Majestad."
Tomado del Capítulo 2 “Que trata
cómo se han de descuidar de las necesidades corporales, y del bien que hay en
la pobreza”, número 7, de Camino de Perfección, Santa Teresa de Jesús.
José Luis y Sofía
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