Algunas
veces la belleza es tan grande que no cabe en un solo fenómeno y busca nuevos
espacios y se duplica o triplica. En el paraíso dijo Dios: Haya esperanza y le
regaló el arco iris al hombre.
Por eso
cuando miramos a la naturaleza vemos esta belleza que Dios creó para el hombre.
Es maravilloso. Pero nosotros tenemos la misión de cuidarla porque es nuestra
casa. El papa está preocupado por cómo cuidamos esa casa y con razón, porque
estamos destruyendo parte de esa maravilla.
Es el
momento de ponernos manos a la obra. Consumamos menos agua, menos papel,
reciclemos más, no tiremos papeles ni basuras en el campo o la playa. En fin lo
que haríamos en nuestra finca privada, porque en cualquier caso la Tierra es
nuestra finca particular que Dios nos ha regalado.
Huellas
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