Está bien claro que en un momento histórico Jesús,
hijo Eterno del Padre, irrumpió en la historia de la humanidad. No han querido
sustraerse a este acontecimiento los evangelistas que tratan de encuadrar en las coordenadas de espacio y tiempo, el
hecho de la Encarnación. Mateo nos habla del árbol genealógico de Jesús Cap.
1,1-16, y Lucas nos dice: aconteció que emanó un edicto de parte de César
Augusto en que se ordenaba un censo y se hizo siendo Quirino propretor de Siria
y los padres de Jesús tienen que ir a Belén a
empadronarse, Lc2, 1 al 4.
Ya tenemos las dos coordenadas, nacería en Belén y
siendo emperador César Augusto. Ya queda encuadrado en la historia el
nacimiento de Jesús hijo de la Virgen.
Cierto que no es un acontecimiento cualquiera, pero
desde el primer momento hubo mucho interés en dejar constancia, aún con sus
imprecisiones, del hecho del nacimiento de Jesús en un momento y lugar
determinados.
Cuando llegan al refinamiento del detalle es en el
siglo II en la narración de LA CALENDA o anuncio sobre la Navidad que se recoge
en el Martirologio Romano, que se leía o cantaba en la liturgia de las horas y
a veces en la misa de media noche. Creo que aún lo cantan en las horas nuestra
benedictinas de León (Carbajalas). Fijaos cómo se aquilata en el tiempo (con
las inexactitudes de partida que pueden darse).
Empieza el relato en Adán, pero nosotros partimos desde más cerca: …Unos mil años después de
que David fuera ungido rey de Israel por el profeta Samuel, unos 500
años después de que los judíos, cautivos en Babilonia retornaran a la patria
por decreto de Ciro rey de los persas: en la 194 Olimpiada de los griegos; .en
el año 752 de la fundación de Roma; en el año 42 del Imperio de Octavio
Augusto, mientras sobre toda la tierra reinaba la paz, en la sexta edad del
mundo, hace cerca, añadimos ahora, de 2014 años, el HIJO DIOS PADRE, queriendo
consagrar el mundo con su presencia, concebido por obra del Espíritu Santo, en
Belén de Judá, de María Virgen, esposa de José de la casa y Familia de David,
nació Jesús, Dios Eterno, hijo del Eterno Padre y nuestro Redentor.
ES LA NAVIDAD
DEL SALVADOR QUE LOS HOMBRES ESPERABAN
XOLMICARIO
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